Se ha dicho mucho y podría decirse más acerca de la última temporada de la serie Game of Thrones, y podría listar muchos errores de la producción de esta serie, desde lo pequeño, como la aparición de un vaso de Starbucks en una de las escenas, hasta lo grande, como una pobre construcción de la trama o una traición al desarrollo de personajes con el fin único de dar un final aguado.
Pero no lo haré, o mejor, lo dejaré apenas mencionado, prefiero hablar específicamente del uso (o mejor, desuso) de los elementos fantásticos de la serie en esta última temporada.
Aclaración 1: en esta entrada se hablará exclusivamente de la serie, no de los libros. La serie es la serie y los libros son los libros. Los libros no funcionan para justificar la trama o las acciones de los personajes, la serie es una adaptación de los libros, y debe mantenerse sola.
ACLARACIÓN 2: A PARTIR DE ESTE MOMENTO HAY SPOILERS.
En una entrada anterior hablé acerca del uso de elementos fantásticos en la ficción, de cómo estos sirven para simbolizar una "realidad real" que desenmascara una "realidad falsa". Al ver Game of Thrones es posible ver, analizar y argumentar que esto es lo que parecía que se buscaba con los elementos fantásticos.
Empecemos a listar algunas pistas al respecto:
Los caminantes blancos y el ejército de los muertos
Se había creado un contraste entre un puñado de personajes que mantenían una intriga para quedarse con el trono de hierro, y otros pocos que entraban en contacto con los caminantes blancos, el resultado para estos últimos era desmitificar lo aparentemente importante en la vida de Westeros. Los reyes, los nobles, las casas y los apellidos, frente a la amenaza de la gran noche traída por el ejército de los muertos, no tenían la menor importancia. La intriga política, ante la amenaza de los caminantes blancos, se convertía apenas en un juego, un artificio, una ficción de los personajes, la verdadera realidad y lo importante era la otra cuestión, la de los caminantes blancos. Y todo parecía que apuntaba hacia un desenlace que arrasara e hiciera evidente a todos la poca importancia de la sillita de hierro; el elemento fantástico se convertía en símbolo de la realidad natural y los elementos realistas en símbolo de lo falso y artificial. Parecía que entre más se acercaba esta amenaza, más se iban desencantando los personajes por la lucha por el trono, y más importante que eso, más comprendían su artificialidad. Sam no va a la ciudadela, por ejemplo, a buscar cómo se logra ser mejor rey, sino cómo se logra destruir a la verdadera amenaza; Jon Snow lo dice directamente varias veces en su intento de unir a las fuerzas de Westeros: El trono no importa, cuando la larga noche se los coma a todos, no va a discriminar entre reyes y plebeyos; y los personajes más cercanos a estos también han perdido la ilusión de importancia del juego de "quién es el rey".
El pueblo libre o los salvajes
Son, por cercanía geográfica, los más cercanos a los caminantes blancos y cuentan entre sus desestructuradas filas con sus propios seres fantásticos, gigantes, por ejemplo. Pero su importancia en el tema a tratar se marca por la cercanía con los caminantes blancos. Se hace interesante que esta gente no considera la importancia del trono, han estado separados a este y han sobrevivido y se burlan permanentemente de las gentes al sur del muro por su obsesión con los títulos nobiliarios y su monarquía; por eso se llaman a sí mismos como "pueblo libre". Solo acceden a seguir a un rey para primero huir y luego enfrentar a la amenaza de la noche. Son el ejercito perfecto para pelear contra el elemento fantástico: ellos no son presa de la apariencia, son el verdadero ejército de la humanidad.
El muro de hielo
Si faltaba una aclaración directa, hay una separación, una muralla, que protege, no a la humanidad, pues ya sabemos que hay humanidad del otro lado del muro, sino a la apariencia de Westeros de la realidad ineludible de los elementos fantásticos, una frontera enmarcada entre realidad y fantasía que con el pasar de los capítulos se revierte: La realidad deja de ser Westeros, la realidad está al norte, y la fantasía es, en cambio, el juego de tronos, la intriga política.
La guardia de la noche
Los cuidadores del muro que separa realidad de fantasía están ahí para detener la amenaza de la noche, para proteger a Westeros de lo inevitable. No es casualidad que en esta guardia se deje el apellido atrás, y se abandonen los título nobiliarios, las herencias y las tierras que estos conllevan. El propósito principal se revela pronto, y es proteger a Westeros de la oscuridad, mantener la luz, mantener el muro de separación.
A través de la serie se hace ver que algunos de los miembros piensan que su objetivo real es mantener a los salvajes del otro lado del muro, mientras que los miembros de mayor antigüedad y sabiduría saben lo contrario, que los salvajes son la amenaza aparente, la real son los caminantes blancos. Aquellos que entran en contacto con los caminantes blancos pierden la distinción entre salvajes y gente de Westeros, se dan cuenta que la realidad es otra, la amenaza es otra: Westeros, como unidad, es, para los personajes de la serie que entran en contacto con los caminantes blancos, una ficción.
A través de la serie se hace ver que algunos de los miembros piensan que su objetivo real es mantener a los salvajes del otro lado del muro, mientras que los miembros de mayor antigüedad y sabiduría saben lo contrario, que los salvajes son la amenaza aparente, la real son los caminantes blancos. Aquellos que entran en contacto con los caminantes blancos pierden la distinción entre salvajes y gente de Westeros, se dan cuenta que la realidad es otra, la amenaza es otra: Westeros, como unidad, es, para los personajes de la serie que entran en contacto con los caminantes blancos, una ficción.
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Jon Snow
En este último grupo descrito destaca Jon Snow, es él quien rompe la barrera entre Pueblo libre y Westeros, es él quien los lleva del otro lado del muro, es él quien se alía con ellos. Y por esto muere, la apariencia acaba con la posibilidad de supervivencia de la humanidad. La intriga falsa, la de la distinción de gente entre Westeros y salvajes, la de la lucha por el trono, la de los títulos nobiliarios, se enfrenta con la intriga real: la vida contra la muerte, la luz contra la oscuridad, la humanidad contra el ejército de la muerte.
Con su renacer se marca, de nuevo, la gran diferencia, Jon Snow revive en manos de Melisandre, una clara representante de los elementos fantásticos, porque debe seguir su camino contra la amenaza real. En la serie fue muy discutido su renacer, pero el propósito de esto parecía ser mostrar que la causa de su muerte deja de importar ante la gran amenaza; Jon Snow no se necesita para el trono, es necesario para luchar contra la muerte misma, para ser un portador de luz contra la oscuridad.
Melisandre
El personaje más enigmático de la serie, había estado buscando elegidos del Señor de la luz para derrotar la gran noche, interfirió incluso al principio de la serie en búsqueda de un cambio de régimen, buscando un príncipe elegido. Y ahí estaba su importancia, desde la profecía, no desde su impacto en la vida política de Westeros; el príncipe (o princesa) elegido no era quien gobernaría muy honrosamente a Westeros, sino aquel que los salvaría de la Gran noche.
Beric Dondarrion
Miembro de la hermandad sin estandartes, revivido múltiples veces por el poder del Señor de la Luz, pertenecía a nada más ni nada menos que a la "Hermandad sin estandartes". Había revivido múltiples veces para cumplir un propósito, que, como ya se nos venía diciendo, algo tendría que ver con la lucha contra la Noche.
Arya, los hombres sin rostro y Jaqen H'ghar
Otro elemento fantástico más, con el mismo trasfondo: No eres nadie, tu nombre, tu título, tu proveniencia, tu rostro, todo es la nada misma. Arya se convierte en la asesina sin rostro, pero sintetiza también su nombre, se lo declara a su maestro y parte para ejecutar su venganza, pero en sus adentros parecía haber realizado una síntesis de los dos mundos: el humano y el fantástico, es decir, parecía estar a las puertas de una revelación interna de la verdadera naturaleza humana. Al volver de su entrenamiento no es la misma Arya, no solo por sus habilidades, sino por que parecía estar destinada a tener su propia revelación, la doctrina de los sin rostro, de los "nadie", enfrentada a una lista de nombres que pertenecen al mundo donde nada más importa que tu nombre, tu apellido, tu título; ser "alguien".
Bran y el cuervo de tres ojos
A partir del momento en que Bran deja Westeros todo su viaje se convierte en un viaje fantástico que atraviesa la frontera del muro en búsqueda de un conocimiento que la humanidad ha olvidado. Bran va en búsqueda de un cuervo de tres ojos y se encuentra con compañeros, también llamados por elementos fantásticos a hacerlo cumplir este objetivo místico. Bran se convierte en el cuervo de tres ojos, en un ser que todo lo puede saber, que puede observar el pasado de la humanidad, con un conocimiento místico más allá de la apariencia en Westeros. Todo eso se puede resumir con la insistencia permanente en "Ya no soy Bran Stark".
Se puede encontrar un elemento unificador a todos estos elementos, y otros más que se me pueden escapar; todos apuntan hacia la falta de apellidos, de títulos nobiliarios, de la pertenencia al "juego de tronos", los personajes que, de una u otra manera, entraban en contacto con los elementos fantásticos, parecían dejar de lado en sus mentes la apariencia, parecían llegar en diferentes grados a la realización de que el trono de hierro y todo lo que le rodea, carecía de importancia, la lucha no es ver quién tendría una corona en la cabeza, sino una lucha entre la oscuridad y la luz, entre la verdadera esencia humana y la muerte absoluta de los caminantes blancos. Faltando una temporada, con Jon Snow reclutando un ejército de la vida, con todos los personajes reunidos en torno a la causa de la humanidad, todo parecía indicar que la última temporada rompería la apariencia de Westeros (representada en Cersei negándose a pelear contra el ejército de la muerte), para desembocar en una guerra fantástica contra la muerte; solo si lograban derrotar primero la apariencia podrían destrozar a la realidad oscura y lograr sobreviviera la realidad humana, la verdadera, aquello de la humanidad que en realidad vale la pena, era el renacer de los héroes de la causa humana para salvarla de su destrucción.
Y entonces, la octava temporada
Y todos estos elementos fantásticos, toda la construcción del sinsentido del trono, quedan atrás, todo el sentido de cada uno de los elementos fantásticos quedó ahí, en insinuaciones y promesas, al final lo que importaba era el trono de hierro, no había "Juego" de tronos, era una realidad absoluta.
El ejército de la noche es derrotado con la implicación de que Arya es una especie de elegida, pero son derrotados después de una batalla que pudo ser más cruenta, para la que nos habían preparado 7 temporadas, y después de la guerra nada ha cambiado, todos siguen igual, Jaime regresa a su reina, y todos se preparan para sus propósitos mundanos, ¿Quién será el mejor rey?
El rey de la noche y su ejército de la muerte desaparecen y es, para los personajes y sus motivaciones, como si nunca hubieran existido. Ha triunfado la apariencia, y hasta Jon Snow cae presa de él. Los caminantes blancos no tenían ningún motivo para existir, la serie podría haber sido casi igual sin su existencia.
El pueblo libre se retira de Westeros de nuevo al otro lado del muro, dejando nada, cambiando nada, ni siquiera se han convertido en una realidad con implicaciones para el resto de Westeros, podrían, también, no haber existido, y a ningún personaje, ni siquiera a Jon Snow tendrían que cambiarle su motivación, porque su última motivación es el amor por Daenerys.
El muro de hielo, que ya no debería separar nada de nada, sigue existiendo, sin ninguna otra razón que para alojar a la guardia de la noche,
La guardia de la noche se suponía que existía para evitar la gran noche. No, bien lo dice Tyrion, debe existir para que los bastardos y los exiliados tengan una vida. Es decir, la guardia de la noche existe en apariencia, nada más.
A Jon Snow, como se dijo ya, no se le mueve un solo pensamiento cuando caen los caminantes blancos y el ejército de la muerte, no, Jon Snow sin que le tiemble el pulso cambia sus motivos de protección de la humanidad contra una amenaza real y se suma a intentar que Daenerys consiga el trono. Ya nos lo había dicho Ygritte, Jon Snow al principio no sabía nada, y al final resulta que siguió sin saber nada, porque lo importante era el trono de hierro.
Melisandre muere justo después de los caminantes blancos, es, quizá, la única representación de algo de sentido en la serie, su propósito era mayor que la lucha de los tronos, y una vez cumplido ese propósito, que existía en realidad, no se presta para jugar el juego de los tronos y muere después de la Gran Guerra, justo como Berric, que ya tenía varias vidas prestadas.
De Jaqen no supimos más, y Arya, después de cumplir un propósito mayor que la venganza, no aprende nada, asume la venganza de nuevo, y viaja al sur a cumplirla, aquella promesa de revelación interna no ocurre. Arya sigue siendo Arya y nada ha aprendido; incluso en la temporada no se le ve utilizar aquella habilidad de los hombres sin rostro ni una vez; se abandona el elemento fantástico del arco de este personaje para concentrarse únicamente en el elemento realista. ¿Para qué existía Jaqen entonces? Sería lo mismo si Arya se hubiera entrenado en cualquier arte marcial, sin implicación fantástica o mística.
Y por último, Bran "no soy Bran Stark" Stark; si alguien debía vencer la apariencia de los siete reinos, sería el cuervo de tres ojos, que todo lo observa, que conoce toda la historia humana, que pareciera tener una conexión con lo más esencial de la humanidad y ha dejado atrás todo lo que es apariencia. Parecía llamado a ser la representación humana de la esencia de la humanidad. No, en la octava temporada, el representante mayor de "El jueguito de tronos no importa" llega al trono. Metafóricamente nada más, porque Drogon parece que fue el único que entendió a donde iba todo, ese trono no sirve para nada, no significa nada, es una ficción humana.
Puedo equivocarme, puede ser que George R R Martin tenga exactamente el mismo final para su saga, con la misma sucesión de hechos y desechando esos mismos elementos de la misma manera que la serie, en ese caso, para mi punto de vista, el error sería suyo, de lo contrario, los guionistas de la serie pareciera que erraron el camino completamente. Me atrevería a decir que no supieron ni quisieron darle manejo a los elementos fantásticos de la serie y los sacaron de la peor manera apenas pudieron, sin explicación alguna, se quedaron apenas con el dragón de Daenerys, y con la intriga política sobre el trono, lo que consideraron accesorio equivocadamente lo eliminaron como pudieron, parecieron no entender sus implicaciones, sus significados, y se quedaron solo con significantes a los que decían ¿Y esto para qué?, y a la caneca todo, tomaron apenas uno de los elementos fantásticos de la serie, un dragón, y al resto le hicieron dracarys. Llevaron al televidente en un camino compuesto de "Sí bueno, murieron los zombies, pero vamos a lo importante, ¿Quién será rey?"
Y entonces, como pasa en este artículo, uno mira atrás y dice "¿Y estos elementos para qué entonces?", para qué tensar la verosimilitud de la serie con magia, sombras, muertos vivientes, habilidades fantásticas y hasta con la existencia de dioses que interceden en la humanidad, para luego desecharlos sin darles una importancia, sin cumplir el significado que prometían y haciendo que todo se concentre en una intriga política humana. Teniendo en cuenta el final, y el manejo de esos elementos fantásticos, podría decir que, en lo que concierne a la serie, hubiera sido mejor que no existieran. Esos elementos fantásticos, bien utilizados, llevaban a la serie donde el realismo no podía llegar, a darle un significado aún más potente. Pero mal utilizados solo parecen encantamientos vacíos, palabras mágicas que no llevan a ningún cambio real.
Ruego por no haber malinterpretado los elementos, aunque la repetición constante del tema me dice que no ha sido así, y ruego porque George R R Martin tenga pensado un manejo radicalmente distinto que los guionistas de la serie, y que la existencia de los elementos fantásticos de la saga logren potenciar el realismo, en vez de contradecirlo, como debe ocurrir siempre en la ficción fantástica.
Ruego por no haber malinterpretado los elementos, aunque la repetición constante del tema me dice que no ha sido así, y ruego porque George R R Martin tenga pensado un manejo radicalmente distinto que los guionistas de la serie, y que la existencia de los elementos fantásticos de la saga logren potenciar el realismo, en vez de contradecirlo, como debe ocurrir siempre en la ficción fantástica.
George R R Martin, en vos confío. Caricatura por: DonkeyHotey |
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