martes, 21 de mayo de 2019

El mal uso de los elementos fantásticos en Game of Thrones.


Se ha dicho mucho y podría decirse más acerca de la última temporada de la serie Game of Thrones, y podría listar muchos errores de la producción de esta serie, desde lo pequeño, como la aparición de un vaso de Starbucks en una de las escenas, hasta lo grande, como una pobre construcción de la trama o una traición al desarrollo de personajes con el fin único de dar un final aguado.

Pero no lo haré, o mejor, lo dejaré apenas mencionado, prefiero hablar específicamente del uso (o mejor, desuso) de los elementos fantásticos de la serie en esta última temporada.

Aclaración 1: en esta entrada se hablará exclusivamente de la serie, no de los libros. La serie es la serie y los libros son los libros. Los libros no funcionan para justificar la trama o las acciones de los personajes, la serie es una adaptación de los libros, y debe mantenerse sola.

ACLARACIÓN 2: A PARTIR DE ESTE MOMENTO HAY SPOILERS.

En una entrada anterior hablé acerca del uso de elementos fantásticos en la ficción, de cómo estos sirven para simbolizar una "realidad real" que desenmascara una "realidad falsa". Al ver Game of Thrones es posible ver, analizar y argumentar que esto es lo que parecía que se buscaba con los elementos fantásticos.

Empecemos a listar algunas pistas al respecto:

Los caminantes blancos y el ejército de los muertos


El elemento fantástico que parecía de mayor importancia, por su presencia y amenaza manifiesta, eran los caminantes blancos que seguían al Rey de la noche. Representaban el frío, la noche, la oscuridad, la muerte. Desde su primera aparición amenazaban con borrar a la humanidad y se posicionaron como el elemento destructor de todo lo que existe en el universo de la serie. Pero dentro de ese todo, por el contraste creado hasta la temporada 8 capitulo 3, y por las acciones de los personajes que se acercaban a estos, parecían amenazar con, antes de la destrucción física de la humanidad, destrozar una apariencia que era el otro punto focal de la serie: el juego de tronos.

Se había creado un contraste entre un puñado de personajes que mantenían una intriga para quedarse con el trono de hierro, y otros pocos que entraban en contacto con los caminantes blancos, el resultado para estos últimos era desmitificar lo aparentemente importante en la vida de Westeros. Los reyes, los nobles, las casas y los apellidos, frente a la amenaza de la gran noche traída por el ejército de los muertos, no tenían la menor importancia. La intriga política, ante la amenaza de los caminantes blancos, se convertía apenas en un juego, un artificio, una ficción de los personajes, la verdadera realidad y lo importante era la otra cuestión, la de los caminantes blancos. Y todo parecía que apuntaba hacia un desenlace que arrasara e hiciera evidente a todos la poca importancia de la sillita de hierro; el elemento fantástico se convertía en símbolo de la realidad natural y los elementos realistas en símbolo de lo falso y artificial. Parecía que entre más se acercaba esta amenaza, más se iban desencantando los personajes por la lucha por el trono, y más importante que eso, más comprendían su artificialidad. Sam no va a la ciudadela, por ejemplo, a buscar cómo se logra ser mejor rey, sino cómo se logra destruir a la verdadera amenaza; Jon Snow lo dice directamente varias veces en su intento de unir a las fuerzas de Westeros: El trono no importa, cuando la larga noche se los coma a todos, no va a discriminar entre reyes y plebeyos; y los personajes más cercanos a estos también han perdido la ilusión de importancia del juego de "quién es el rey".

El pueblo libre o los salvajes


Son, por cercanía geográfica, los más cercanos a los caminantes blancos y cuentan entre sus desestructuradas filas con sus propios seres fantásticos, gigantes, por ejemplo. Pero su importancia en el tema a tratar se marca por la cercanía con los caminantes blancos. Se hace interesante que esta gente no considera la importancia del trono, han estado separados a este y han sobrevivido y se burlan permanentemente de las gentes al sur del muro por su obsesión con los títulos nobiliarios y su monarquía; por eso se llaman a sí mismos como "pueblo libre". Solo acceden a seguir a un rey para primero huir y luego enfrentar a la amenaza de la noche. Son el ejercito perfecto para pelear contra el elemento fantástico: ellos no son presa de la apariencia, son el verdadero ejército de la humanidad. 

El muro de hielo


Si faltaba una aclaración directa, hay una separación, una muralla, que protege, no a la humanidad, pues ya sabemos que hay humanidad del otro lado del muro, sino a la apariencia de Westeros de la realidad ineludible de los elementos fantásticos, una frontera enmarcada entre realidad y fantasía que con el pasar de los capítulos se revierte: La realidad deja de ser Westeros, la realidad está al norte, y la fantasía es, en cambio, el juego de tronos, la intriga política. 

La guardia de la noche


Los cuidadores del muro que separa realidad de fantasía están ahí para detener la amenaza de la noche, para proteger a Westeros de lo inevitable. No es casualidad que en esta guardia se deje el apellido atrás, y se abandonen los título nobiliarios, las herencias y las tierras que estos conllevan. El propósito principal se revela pronto, y es proteger a Westeros de la oscuridad, mantener la luz, mantener el muro de separación.

A través de la serie se hace ver que algunos de los miembros piensan que su objetivo real es mantener a los salvajes del otro lado del muro, mientras que los miembros de mayor antigüedad y sabiduría saben lo contrario, que los salvajes son la amenaza aparente, la real son los caminantes blancos. Aquellos que entran en contacto con los caminantes blancos pierden la distinción entre salvajes y gente de Westeros, se dan cuenta que la realidad es otra, la amenaza es otra: Westeros, como unidad, es, para los personajes de la serie que entran en contacto con los caminantes blancos, una ficción.  

Jon Snow


En este último grupo descrito destaca Jon Snow, es él quien rompe la barrera entre Pueblo libre y Westeros, es él quien los lleva del otro lado del muro, es él quien se alía con ellos. Y por esto muere, la apariencia acaba con la posibilidad de supervivencia de la humanidad. La intriga falsa, la de la distinción de gente entre Westeros y salvajes, la de la lucha por el trono, la de los títulos nobiliarios, se enfrenta con la intriga real: la vida contra la muerte, la luz contra la oscuridad, la humanidad contra el ejército de la muerte. 

Con su renacer se marca, de nuevo, la gran diferencia, Jon Snow revive en manos de Melisandre, una clara representante de los elementos fantásticos, porque debe seguir su camino contra la amenaza real. En la serie fue muy discutido su renacer, pero el propósito de esto parecía ser mostrar que la causa de su muerte deja de importar ante la gran amenaza; Jon Snow no se necesita para el trono, es necesario para luchar contra la muerte misma, para ser un portador de luz contra la oscuridad. 

Melisandre


El personaje más enigmático de la serie, había estado buscando elegidos del Señor de la luz para derrotar la gran noche, interfirió incluso al principio de la serie en búsqueda de un cambio de régimen, buscando un príncipe elegido. Y ahí estaba su importancia, desde la profecía, no desde su impacto en la vida política de Westeros; el príncipe (o princesa) elegido no era quien gobernaría muy honrosamente a Westeros, sino aquel que los salvaría de la Gran noche.

Beric Dondarrion


Miembro de la hermandad sin estandartes, revivido múltiples veces por el poder del Señor de la Luz, pertenecía a nada más ni nada menos que a la "Hermandad sin estandartes". Había revivido múltiples veces para cumplir un propósito, que, como ya se nos venía diciendo, algo tendría que ver con la lucha contra la Noche. 

Arya, los hombres sin rostro y Jaqen H'ghar


Otro elemento fantástico más, con el mismo trasfondo: No eres nadie, tu nombre, tu título, tu proveniencia, tu rostro, todo es la nada misma. Arya se convierte en la asesina sin rostro, pero sintetiza también su nombre, se lo declara a su maestro y parte para ejecutar su venganza, pero en sus adentros parecía haber realizado una síntesis de los dos mundos: el humano y el fantástico, es decir, parecía estar a las puertas de una revelación interna de la verdadera naturaleza humana. Al volver de su entrenamiento no es la misma Arya, no solo por sus habilidades, sino por que parecía estar destinada a tener su propia revelación, la doctrina de los sin rostro, de los "nadie", enfrentada a una lista de nombres que pertenecen al mundo donde nada más importa que tu nombre, tu apellido, tu título; ser "alguien".

Bran y el cuervo de tres ojos


A partir del momento en que Bran deja Westeros todo su viaje se convierte en un viaje fantástico que atraviesa la frontera del muro en búsqueda de un conocimiento que la humanidad ha olvidado. Bran va en búsqueda de un cuervo de tres ojos y se encuentra con compañeros, también llamados por elementos fantásticos a hacerlo cumplir este objetivo místico. Bran se convierte en el cuervo de tres ojos, en un ser que todo lo puede saber, que puede observar el pasado de la humanidad, con un conocimiento místico más allá de la apariencia en Westeros. Todo eso se puede resumir con la insistencia permanente en "Ya no soy Bran Stark". 



Se puede encontrar un elemento unificador a todos estos elementos, y otros más que se me pueden escapar; todos apuntan hacia la falta de apellidos, de títulos nobiliarios, de la pertenencia al "juego de tronos", los personajes que, de una u otra manera, entraban en contacto con los elementos fantásticos, parecían dejar de lado en sus mentes la apariencia, parecían llegar en diferentes grados a la realización de que el trono de hierro y todo lo que le rodea, carecía de importancia, la lucha no es ver quién tendría una corona en la cabeza, sino una lucha entre la oscuridad y la luz, entre la verdadera esencia humana y la muerte absoluta de los caminantes blancos. Faltando una temporada, con Jon Snow reclutando un ejército de la vida, con todos los personajes reunidos en torno a la causa de la humanidad, todo parecía indicar que la última temporada rompería la apariencia de Westeros (representada en Cersei negándose a pelear contra el ejército de la muerte), para desembocar en una guerra fantástica contra la muerte; solo si lograban derrotar primero la apariencia podrían destrozar a la realidad oscura y lograr sobreviviera la realidad humana, la verdadera, aquello de la humanidad que en realidad vale la pena, era el renacer de los héroes de la causa humana para salvarla de su destrucción. 

Y entonces, la octava temporada


Y todos estos elementos fantásticos, toda la construcción del sinsentido del trono, quedan atrás, todo el sentido de cada uno de los elementos fantásticos quedó ahí, en insinuaciones y promesas, al final lo que importaba era el trono de hierro, no había "Juego" de tronos, era una realidad absoluta.

El ejército de la noche es derrotado con la implicación de que Arya es una especie de elegida, pero son derrotados después de una batalla que pudo ser más cruenta, para la que nos habían preparado 7 temporadas, y después de la guerra nada ha cambiado, todos siguen igual, Jaime regresa a su reina, y todos se preparan para sus propósitos mundanos, ¿Quién será el mejor rey?

El rey de la noche y su ejército de la muerte desaparecen y es, para los personajes y sus motivaciones, como si nunca hubieran existido. Ha triunfado la apariencia, y hasta Jon Snow cae presa de él. Los caminantes blancos no tenían ningún motivo para existir, la serie podría haber sido casi igual sin su existencia. 

El pueblo libre se retira de Westeros de nuevo al otro lado del muro, dejando nada, cambiando nada, ni siquiera se han convertido en una realidad con implicaciones para el resto de Westeros, podrían, también, no haber existido, y a ningún personaje, ni siquiera a Jon Snow tendrían que cambiarle su motivación, porque su última motivación es el amor por Daenerys. 

El muro de hielo, que ya no debería separar nada de nada, sigue existiendo, sin ninguna otra razón que para alojar a la guardia de la noche, 

La guardia de la noche se suponía que existía para evitar la gran noche. No, bien lo dice Tyrion, debe existir para que los bastardos y los exiliados tengan una vida. Es decir, la guardia de la noche existe en apariencia, nada más. 

A Jon Snow, como se dijo ya, no se le mueve un solo pensamiento cuando caen los caminantes blancos y el ejército de la muerte, no, Jon Snow sin que le tiemble el pulso cambia sus motivos de protección de la humanidad contra una amenaza real y se suma a intentar que Daenerys consiga el trono. Ya nos lo había dicho Ygritte, Jon Snow al principio no sabía nada, y al final resulta que siguió sin saber nada, porque lo importante era el trono de hierro. 

Melisandre muere justo después de los caminantes blancos, es, quizá, la única representación de algo de sentido en la serie, su propósito era mayor que la lucha de los tronos, y una vez cumplido ese propósito, que existía en realidad, no se presta para jugar el juego de los tronos y muere después de la Gran Guerra, justo como Berric, que ya tenía varias vidas prestadas. 

De Jaqen no supimos más, y Arya, después de cumplir un propósito mayor que la venganza, no aprende nada, asume la venganza de nuevo, y viaja al sur a cumplirla, aquella promesa de revelación interna no ocurre. Arya sigue siendo Arya y nada ha aprendido; incluso en la temporada no se le ve utilizar aquella habilidad de los hombres sin rostro ni una vez; se abandona el elemento fantástico del arco de este personaje para concentrarse únicamente en el elemento realista. ¿Para qué existía Jaqen entonces? Sería lo mismo si Arya se hubiera entrenado en cualquier arte marcial, sin implicación fantástica o mística. 

Y por último, Bran "no soy Bran Stark" Stark; si alguien debía vencer la apariencia de los siete reinos, sería el cuervo de tres ojos, que todo lo observa, que conoce toda la historia humana, que pareciera tener una conexión con lo más esencial de la humanidad y ha dejado atrás todo lo que es apariencia. Parecía llamado a ser la representación humana de la esencia de la humanidad. No, en la octava temporada, el representante mayor de "El jueguito de tronos no importa" llega al trono. Metafóricamente nada más, porque Drogon parece que fue el único que entendió a donde iba todo, ese trono no sirve para nada, no significa nada, es una ficción humana. 


Puedo equivocarme, puede ser que George R R Martin tenga exactamente el mismo final para su saga, con la misma sucesión de hechos y desechando esos mismos elementos de la misma manera que la serie, en ese caso, para mi punto de vista, el error sería suyo, de lo contrario, los guionistas de la serie pareciera que erraron el camino completamente. Me atrevería a decir que no supieron ni quisieron darle manejo a los elementos fantásticos de la serie y los sacaron de la peor manera apenas pudieron, sin explicación alguna, se quedaron apenas con el dragón de Daenerys, y con la intriga política sobre el trono, lo que consideraron accesorio equivocadamente lo eliminaron como pudieron, parecieron no entender sus implicaciones, sus significados, y se quedaron solo con significantes a los que decían ¿Y esto para qué?, y a la caneca todo, tomaron apenas uno de los elementos fantásticos de la serie, un dragón, y al resto le hicieron dracarys. Llevaron al televidente en un camino compuesto de "Sí bueno, murieron los zombies, pero vamos a lo importante, ¿Quién será rey?"

Y entonces, como pasa en este artículo, uno mira atrás y dice "¿Y estos elementos para qué entonces?", para qué tensar la verosimilitud de la serie con magia, sombras, muertos vivientes, habilidades fantásticas y hasta con la existencia de dioses que interceden en la humanidad, para luego desecharlos sin darles una importancia, sin cumplir el significado que prometían y haciendo que todo se concentre en una intriga política humana. Teniendo en cuenta el final, y el manejo de esos elementos fantásticos, podría decir que, en lo que concierne a la serie, hubiera sido mejor que no existieran. Esos elementos fantásticos, bien utilizados, llevaban a la serie donde el realismo no podía llegar, a darle un significado aún más potente. Pero mal utilizados solo parecen encantamientos vacíos, palabras mágicas que no llevan a ningún cambio real.

Ruego por no haber malinterpretado los elementos, aunque la repetición constante del tema me dice que no ha sido así, y ruego porque George R R Martin tenga pensado un manejo radicalmente distinto que los guionistas de la serie, y que la existencia de los elementos fantásticos de la saga logren potenciar el realismo, en vez de contradecirlo, como debe ocurrir siempre en la ficción fantástica. 

George R R Martin, en vos confío.

Caricatura por: DonkeyHotey


jueves, 16 de mayo de 2019

La realidad y la simulación

Wikipedia


Hace mucho que está de moda la "simulación" en la ficción, hoy gracias a series como Black Mirror, en la que es un tema constante, de manera explicita, o implícita. La idea de personajes que viven en una realidad simulada sigue siendo interesante.

Tal vez la primer aparición del concepto se da con la metáfora de la caverna de Platón; Platón dice que las personas viven en una caverna, sin saber que hay algo más afuera de esta, y ven las sombras que se reflejan desde afuera como si esta fuera la realidad. Lo usa para describir que existe una realidad que no conocemos, y que la nuestra es apenas un reflejo de la real, pero hasta que no se sale de la caverna, es imposible darse cuenta.

El concepto siguió llamando la atención, de formas más atrevidas, en especial en el campo de la ciencia ficción. La idea de que todo lo que conocemos como realidad sea falso ya es bastante potente por sí misma, pero el uso reciente de este concepto en la ficción no solo incluye la idea de una realidad falsa, sino de un algo o alguien que la mantiene viva, funcionando, y contiene a los vivientes de esa realidad falsa en un engaño del que no pueden escapar fácilmente.

Simular es falsear, alterar conscientemente, actuar como si algo que se sabe falso fuera real. En la ficción que utiliza el concepto de este modo, un grupo de personajes está atrapado en una realidad falsa, simulada por un ente externo a esta.

En el cine quizás el ejemplo más conocido sea la trilogía de Matrix, donde un grupo de rebeldes no solo escapan de la realidad simulada, sino que la usan como herramienta para destruirla. Es la idea principal: de la realidad simulada se debe escapar.



Otro ejemplo del cine podría darse con The Truman Show, un hombre que ha vivido siempre en una realidad simulada para una serie de televisión que se basa en su vida. Eventualmente Truman descubre la simulación.

¿Qué nos llama la atención de esta idea? Tal vez sea que pone a tambalear nuestra propia realidad; ¿Cuánto de lo que vivimos día a día es una simulación? No en el sentido de un programa de computadora, como en Matrix, o de un grupo de personas enfocadas en darte una realidad falsa, como en The Truman Show, pero sí en los artificios de nuestra realidad: trabajos, colegios, universidades. ¿Esto es la realidad? O somos, tal vez, en diversos momentos de la vida un grupo de personas que hemos decidido actuar como si fuera real, como si fuera importante, como si fuera parte de una verdad mayor. ¿Somos los que llevamos a cabo nuestra propia simulación?

O también: cuanto de nuestra vida fue simulado para nosotros, Iglesias y religiones nos han convencido de una simulación, de que algo existe cuando tal vez no, tal vez los políticos, o la prensa en algunos casos nos han creado una simulación que existe en nuestra mente, verdades que suponíamos y que en realidad, tal vez, sean simuladas, aunque no nos damos cuenta.

¿Es el propósito de la simulación, como concepto de la ficción, entonces, atacar a la realidad? No lo creo, más bien podría ser lo contrario, podría despertar un sentimiento de apego a nuestra realidad, cuando la encontramos verdadera, cuando vemos que la posible simulación no puede controlar nuestras vidas. Tal vez todos somos como Neo: una vez descubrimos las simulaciones de la vida cotidiana las utilizamos a nuestro favor; los vínculos familiares los hacemos más propios cuando entendemos su arbitrariedad, por ejemplo.

En la literatura nadie, que yo haya leído, ha llevado mejor el concepto que Philip K. Dick; incluso podría definirse a su estilo literario como una "poética de la simulación". Los cuestionamientos acerca de la realidad siempre fueron un material para Philip K. Dick, al preguntarse si realmente existía, al preguntarse de qué se componía la realidad, la física y la humana. ¿Somos nuestra familia y nuestras interacciones con otras? El autor trata el tema en su novela El tiempo desarticulado; ¿Somos la historia de nuestro país, o del mundo? El autor trata el tema en EL hombre en el castillo. ¿Somos nuestro cuerpo humano? El autor trata el tema en Sueñan los androides con ovejas eléctricas (Conocido también como Blade Runner, por la película), ¿Somos nuestro destino manifiesto? El autor trata el tema en su cuento EL informe de la minoría (Minority Report). Quizá somos todo eso, y más, quizás la realidad se compone de muchas cosas que se entrelazan, tal vez algunas sean simulaciones, pero es real lo que vivimos, lo que sentimos, eso no deja de existir. Esa parece ser una de las tantas cosas que se pueden concluir después de leer a Philip K. Dick, o después de ver o leer una ficción acerca de la simulación.

La simulación no habla acerca de la falta de realidad, o mejor, si lo hace, lo hace para hablar de nuestra propia realidad, intentando primero poner en cuestión "¿Qué no es la realidad?"

De Pete Welsch from Washington, DC, USA - Philip K Dick, CC BY-SA 2.0
Philip K. Dick

miércoles, 15 de mayo de 2019

Comentarios acerca de Cementerio de animales (Pet Sematary) de Stephen King



Esta novela de Stephen King no será parte de la historia de las mejores obras de terror jamás escritas. Y tampoco se le puede exigir esto, si estás pensando si leerla o no, hazlo, pero no esperes que te cambie la vida... como tampoco lo esperarías de la mayoría de obras que vas a leer, es un buen libro, y es recomendado para los que aman una historia atrapante, el suspenso y el terror. Es el primer libro que leo de Stephen King, así que no sé como se posiciona con respecto al resto de su amplia obra, pero en cualquier caso no la van a pasar mal leyéndola,. Si no la tienen aún, algunos links para que lo compren online, si quieren, de la misma edición que lo he leído yo.

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Aviso: A partir de ahora esta entrada contiene spoilers de la obra que se resume, incluso del final, y de todo, y puede expandirse a las adaptaciones en cine de la novela.
Louis Creed y su muy hermosa familia llegan a su nueva casa en la ciudad de Ludlow. Este inicio se ha vuelto común entre los cuentos de terror, luego de esto, o la casa está embrujada, o los persigue un demonio, o las brujas los atacan, o a la adolescente la posee un demonio. Pero acá no hay adolescente; tenemos a Rachel, la esposa de Louis, Eileen, la hija mayor, Gage el hijo menor, y Church, el gato de Eileen. Frente a la casa, una carretera, al otro lado de la carretera, la casa de Jud y Norma Crandall; atrás de la casa, un camino hacia el cementerio de animales que los niños del pueblo mantienen y atrás de este, un antiguo cementerio de los indios micmacs.

Stephen King gasta tiempo en que observemos a la hermosa familia Creed, en que nos enamoremos de ellos, que Eileen nos parezca la criatura más tierna sobre la tierra, que nos sonriamos viendo crecer a Gage y que nos encariñemos en el gato y no queramos que nada malo le pase nunca. Stephen King también tiene la virtud de tentarnos con su prosa, nos amenaza con algo, nos tira un dato y nos tiene casi gritándole al libro; Nos da el dato, Jud, vecino de Louis, le dice que es mejor que castre al gato, para que no quiera salir y sea atropellado por un camión, y Louis se resiste y los lectores, que ya estamos enamorados del gato, que ya sabemos que Eileen lo adora con todo lo que tiene, que ya sabemos que Rachel no llevará bien la situación y que ya sabemos que el pobre de Louis será el encargado de desamarrar todos esos nudos, le gritamos a Louis, que vive en las páginas, que castre al maldito gato, y todo índica que no lo va a hacer, y todo índica que saldrá y morirá y será culpa de Louis. Pero no, Louis decide castrar al gato, y hace una cita, que se pacta para dentro de unos días, y cuando por fin ocurre, la operación se pacta para más días después, y seguro que si hay lectores veterinarios, quisieran aparecerse en el mundo del libro y castrarlo de una buena vez y dejarlo que duerma con Ellie toda su caraja vida, hasta que muera de viejo, cuando Ellie sea mayor, y lo pueda entender, y todo siga su rumbo y Louis siga tomando cerveza con Jud, que cuenta historias de viejo.

Pero no ocurre, y los lectores celebramos cuando sabemos que el gato ha sido operado, y que Louis se siente un poco mal porque ahora es más tranquilo y duerme. Pero maldita sea Louis, que si se muere el gato van a pasar cosas horribles, mejor calla y sigue viviendo tranquilo, con el gato durmiendo.

Y luego, el gato muere...

Porque así ocurre en esta novela, King nos puso a temer por la vida del gato, y cuando el gato ya estaba seguro y estábamos tranquilos, muere.


Ya sabíamos que algo malo iba a pasar, sea porque vimos la película, o porque sabemos que estamos leyendo a Stephen King y no una novela costumbrista de lo bonita que es la vida en el campo cuando tienes esposa, hijos, gato, un buen trabajo, y un vecino viejo que te cuenta historias. No, esto es Stephen King y sabemos que algo malo va a pasar, y aunque lo sabemos, nos duele la muerte del maldito gato, y entonces llega Jud Crandall y nos dice a todos los lectores, metan al gato en una bolsa y síganme. No, no al cementerio de animales normal, más allá, donde antes en el libro nos han intentado decir que es peligroso, donde pasan cosas extrañas, donde un muerto ya nos dijo "No vayan ahí", y a diferencia de otras ficciones de terror, donde le gritamos al protagonista que no haga lo que sabemos que no debe hacer, todos somos Louis Creed, queremos que se apure, que siga a Jud, Jud es viejo y sabe cosas, y sabe que hay que hacer algo por el gato. Y nos vamos con Louis todos, con la bolsa al hombro. ¿Nos asustan las voces del cementerio más allá del Cementerio de animales? Sí, pero el gato... ¿Nos asusta la historia del Wendigo? Sí, pero el gato... ¿Nos asusta la mirada que Louis ve en Jud? Sí, pero el gato... Y lo enterramos y nos vamos con Louis a la casa, a mirar la puerta, porque, claro, Church, el gato, hace su regreso triunfal. Buen gatito.

Mal gatito. Todos sabíamos ya, no es nuevo, hemos visto miles de películas y series de las que solo hemos sacado una cosa: Nadie vuelve completo de la muerte. Bah, lo mismo nos ha dicho el fantasma de Victor Pascow, y sin embargo fuimos todos y enterramos el gato. Vuelta a las páginas, a ver, "Louis, no entierres el gato ese allá, dile a Jud que no es necesario, que es un gato, que se consiguen más". No. Es tarde. Ahí está el gato descabezando pájaros y ratones y sacándoles las tripas para que Louis las limpie, oliendo feo y caminando mal, siendo otra cosa, una cosa mala.

Y luego Louis con Gage elevando una cometa. Bueno, ya está, no todo es malo, la vida sigue, incluso si también sigue para Church, que al fin de cuentas ya ni Ellie lo quiere, ni nadie, y se podría morir mañana, pero mira que lindo Louis eleva la cometa con Gage, que lindo es el campo, con sus cometas, su viento, su campo verde, y la familia riendo y gozando del aire limpio, excepto cuando pasan camiones, pero es un pequeño problema en un pueblo tranquilo.

Y Gage muere atropellado. Porque estamos leyendo a Stephen King, y lo más malo que ocurre no puede ser un gato que vive y es un poco raro. Y ahí todo se va al caño, porque Louis no consola a su familia, porque Rachel está en shock, porque Ellie no suelta una foto de Gage nunca, porque Louis y su suegro se pelean al lado del ataúd de Gage, y porque Louis empieza a pensar en llevar a Gage al cementerio de animales, y ahora los lectores somos Jud, y le decimos que no lo haga, que humanos allá no, que máximo un perro. Y Louis se decide, y manda a su familia con los suegros con la promesa de reunirse con ellos luego, y él mismo parece no saber que va a intentar enterrarlo en el cementerio aquel del Wendigo y los mimacs. Pero todos sabemos que sí, y no queremos, porque ya vimos a Church, no queremos saber de Gage vivo.

Parodia de Jud de SouthPark

Empieza una carrera contra el tiempo en la que Pascow ayuda en sueños a que Rachel intente detener a Louis, con la ayuda de Jud, nuestro agente en el lugar de los hechos. Pero era inevitable, Gage es enterrado, y vuelve con vida, y con ayuda de Church mata a Jud y luego a Rachel, quién llega al lugar solo para morir, como si fuera Dick Halloran en la pelicula de El Resplandor (Curiosamente, Dick, en la novela, tiene otro destino). Luego muere por segunda vez en manos de Louis. La familia destrozada; ya no hay vecino viejo, ni esposa, ni hijo menor, y ni hablar del trauma brutal que tendrá la pobre Ellie quedándose sin hermano, madre y amigo viejo que vive al lado de la casa. Y la casa, imposible vivir ahí solos Louis y Ellie, de eso ni hablar. Pero en fin, ya estuvo bueno, los muertos han muerto y quedan los vivos.

Ah no, ahí está Louis llevando a Rachel al cementerio micmac.

Ver resumen de la película por "Te lo Resumo así no más"


Y así acaba esta novela. Se repite en internet que Stephen King no es bueno para los finales, este ha sido el primer libro que he leído del señor King, y el final es bueno, no es malo, era lo que debía pasar, el Cementerio micmac, o el Wendigo, es la amenaza que todo se lleva, la progresión fue buena, y termina dónde debe terminar, no necesitamos que nos recalque que Rachel va a ser aún peor que Gage al revivir, no necesitamos que nos diga que la destrucción seguirá comiéndose el pueblo, ya lo sabemos: el pueblo está condenado; el Wendigo, o la maldición micmac, ha triunfado.

El libro, como tal, no tiene muchos giros de trama, más que un libro lleno de acciones, de cosas que ocurren, es una novela donde King quiere que entendamos las acciones de los personajes, y a esto le gasta gran parte del libro, a ponernos en el contexto, a entender las motivaciones de las acciones de la segunda parte, que son un poco más fluidas que en la primera. El libro está bien formado, sientes por los personajes, quieres que estén bien, pero también te han dado toda la explicación de por qué no estarán bien, de por qué todo será destruido.

Primer libro de King, muy buena construcción de personajes, una trama sin muchos puntos de acción, pero que te mantiene en tensión permanente gracias a pequeños guiños y gracias a que el autor juega con el lector permanentemente, una prosa atrapante y un final que, considerando el libro, se hace inevitable. Louis Creed es el héroe trágico de esta novela recomendada de Stephen King, la primera que leo, y aunque no es muestra significante, hasta ahora, gana Stephen King: Finales buenos de King: 1, finales malos de King: 0.




Notas aparte: 

  • Lástima que no se logró en la traducción, porque es imposible, traducir la mala ortografía del cementerio: en inglés, cementerio "Cemetery", en el título del original, el cementerio de mascotas, al ser construido por niños locales, tiene el letrero que dicta "Pet Sematary", por la dicción y porque lo han hecho los niños. Da cierto encanto y lo individualiza frente a otros posibles cementerios de animales. 
  • ¿Por qué habrán escogido traducir "Cementerio de animales" en vez de "Cementerio de mascotas"? que sería la traducción exacta; no se me ocurre. 
  • Vi la adaptación al cine hace muchos años, sin mucha memoria de esto, recordaba escenas exactas al leer el libro, parece una adaptación fiel, la nueva, del 2019 podría ser diferente, he luchado para no hacerme spoilers al respecto, ya veremos, actualizaré cuando la vea, si es que lo recuerdo.  

martes, 14 de mayo de 2019

La reversión de la fantasía y de la realidad en la ficción.

Gandalf


A través de la historia han existido diversos modos de combinar elementos fantásticos y realistas en la ficción. Uno que genera un interés particular es el que usa esos elementos fantásticos como forma de revertir una realidad posible del lector, no física, o de las reglas físicas de su realidad, sino acerca de lo que el lector piensa acerca de la realidad de lo humano.

El monstruo de Frankenstein, por ejemplo, no habla acerca de los monstruos, habla acerca del ser humano; la monstruosidad aparente de Frankenstein sirve para mostrar la monstruosidad real del ser humano, tanto de su creador, como de la sociedad que lo ha rechazado.

Otro ejemplo podría darse en la ficción acerca de zombies; la aparición en la ficción de estos seres no suelen despertar un sentimiento de unidad en los seres humanos, al contrario, revelan su verdadera y cruel naturaleza. Ya es un tema repetido que en las películas o seriados de zombies el verdadero monstruo sea el ser humano, que ante la llegada de la destrucción, despierta todo lo peor que existe en su naturaleza. Las ficciones de zombies, entonces, no nos hablan acerca de los zombies, nos hablan acerca de lo humano.

La fantasía, en casos como estos, se pone al servicio de mostrar una realidad y de derrumbar la realidad aparente que se ha replicado en los elementos realistas, no solo en el sentido de la realización de la existencia de seres fantásticos, sino en un sentido más profundo, en un sentido que el lector puede encontrar y analizar en su propia realidad.



Este recurso se utiliza habitualmente para reflejar una falsedad del ser humano, un falso sentido de comunidad, de decencia hacia otros, por ejemplo. En Frankenstein se muestra una aparente cordialidad, una aparente sociedad amable y llena de individuos con empatía, que se demuestra totalmente falsa desde las interacciones con el monstruo de Frankenstein, al que todas las personas con las que toma contacto le niegan la menor muestra de simpatía. La aparente sociedad empática se derrumba y muestra su falsedad a través de la interacción con un ser fantástico, el monstruo de Frankestein.

En el caso de las historias de zombies, desde su forma más general, se replica una sociedad aparentemente ordenada, colaborativa, regida por instituciones estatales y sociales que los unen a todos para que luego se vea destrozada por un apocalipsis zombie. A partir de ese momento, con la destrucción de las instituciones sociales se muestra la fragilidad de la aparentemente fuertes instituciones sociales y morales, y se muestra como, gracias a la amenaza de los seres fantásticos, la aparente moralidad del ser humano se ve destruida; la llegada de los zombies ha mostrado lo falso de esa moralidad.

En este tipo de historias, entonces, los seres fantásticos suelen ser una metáfora de la realidad, una representación simbólica de lo real, que inunda y destroza la falsedad humana, mientras que algunos luchan por defender o sostener una apariencia que, entre más se involucran con los elementos fantásticos, más reconocen como falsa, lo que los lleva a una de las siguientes conclusiones: 1. Aquella apariencia del pasado es preferible a la salvaje y cruda realidad. 2. Se concluye que no vale la pena defender la humanidad y se deja que el mundo sea destrozado por la realidad fantástica, más honesta que la falsedad humana. 3. Se llega a un punto de síntesis, donde el héroe o héroes de la historia buscan, una vez derrotada la amenaza, o en el proceso de derrotarla, cambiar la apariencia humana, sintetizarla en algo nuevo; se encuentra el valor de la humano una vez la amenaza ha barrido con la apariencia y solo queda el humano, con sus valores y sus defectos totalmente al descubierto. Es en este último caso es donde aparece el héroe épico.

El héroe de la épica humana, que aparece constantemente en la literatura fantástica, encuentra que debajo de la apariencia falsa del pasado, y debajo de los más crueles instintos humanos, también hay algo que merece ser defendido, que la humanidad, después de todo, sigue valiendo la pena, entonces se convierte en el campeón de la humanidad, de la verdadera, no de la aparente.

Entre muchas cosas, de esto se ocupa la literatura fantástica, de una forma verosímil de épica. En los tiempos que corren, tan llenos de apariencias, de estructuras artificiales que nos protegen, de descrédito de las instituciones militares, pareciera que el mejor campo para la aparición de personajes heroicos que nos representen, que lleven consigo lo mejor de la humanidad, es la fantasía. Al menos, cuando se hace bien; en otras ocasiones no se logra llegar a este propósito fundamental de la épica. Pero quedará para ser analizado en otro texto de este blog.


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